El dia que pasó Bush

Fecha: Marzo 2007
Lugar: Rambla de Punta Gorda, casa de Itan
Asistieron: Lurni, Maitiki, Gonza, Terki, Negro, Enano
Agache de Cabeza: Lurner
Drink: vino y algo mas
Romance: Los carteles en latin
Momentos memorable: Las super ratas, Paso Bush (si, era el)


Tan simple como tomarse un ómnibus, tan grandioso como la mascota de Francia 98 (Futix), una noche que quedara grabada en la cabeza de los presentes (excepto en la de bruno que no se debe acordar de nada) hasta su muerte. Una maravillosa noche, en un perfecto lugar con excelentes adjetivos.
Todo empezó en Limburgo -calle que si hablara diría “cerveza”-, sede de muchos momentos “Kodak”, una noche fría y calurosa (al mismo tiempo) de Marzo del 2007; no todos, pero los mejores alquimistas (: P) emprendían la travesía hacia el parador de la playa. Antes de llegar, y como es común, un minishop de una estación de servicio esperaba impaciente la entrada de estos muchachos que en ningún momento imaginaron lo que les iba a acontecer. Los chicos llegaron y rápidamente salieron con su cometido (comprar estupefacientes bebibles y vasos) yendo velozmente a su destino final (la playa).
Al llegar, empezó el “simulamiento” del Apocalipsis… enseguida se repartieron los vasos, se solaron los vinos, vodka (creo) y alguna cosa mas y sonó el pitido inicial. Se podría decir que el primer gol fue iniciado por una jugada entre Maité, Alet y Brunol, en la cual mediante vueltas de carro, pequeños piques cortos (entre Alet y Brunol) y un par más de cosas graciosas, Brunol sintió su fuego interno y lo deposito en las arenas de Punta Gorda (que metáfora). Recostado en un escalón y mirando hacia la arena, la excreción de bolo alimenticio inicio, ayudado por Maité y Gonza este pudo finalizar la cosecha (o la anticosecha, depende de que lado lo mires), mientras que Alet, tiraba arena sobre el charco ya que no tenia nada mas que hacer.
La noche siguió en pie mientras que el primer difunto disfrutaba de su transitoria disfunción.
Lo que sigue de esta historia lo contare desde mi perspectiva, porque el alcohol empezaba a dar aplausos en mi y hay cosas que no recuerdo si son imaginación o verdades absolutas…
El segundo gol del partido llego rápidamente ya que en una jugada muy rápida entre el negro (en esa época todavía era Martín) y Maité, con la ayuda de una escusa pedorra de un cartel en latín, se inicio el romance de la noche. Los protagonistas, ya fueron mencionados, pero hubo una particularidad en la poca intimidad que pusieron los dos ya que se podría decir que apretaron delante de los presentes.
Me olvidaba de un detalle mayor en la jornada, mientras los dos goles iban llegando, nuestro amigo Itan, viajaba por la rambla del barrio en busca de mas alcohol, el cual volaba rápidamente por los esófagos de Maité y Alet.
Se podría decir que en el resto del partido no hubo más goles, pero si jugadas peligrosas… como por ejemplo las increíble e inigualable (y supuesta) aparición de Bush en la rambla de Punta Gorda.
Resulta que en esos tiempos, el presidente de los estados unidos, visitaba nuestra republica en busca de súbditos y alcahuetes presidenciales. Lo que paso en la playa fue que en un largo suspiro, paso muy rápido un grupo de autos y motos haciendo su ruido y sus mugrosas luces por esta rambla. Con esta descripción, nadie podría estar seguro de que en verdad era el rey del mundo el que pasaba (en ese momento era el rey del mundo, ahora hay un negrito con nombre árabe que nos rompe la cola igualmente) pero sabiendo que el tiene mas enemigos que amigos, la única forma de poder “pasear” (capas que en ese momento estaba yendo hacia el aeropuerto para volarse) por Montevideo sin recibir ningún balazo de francotirador era a altas horas de la noche y por un barrio sin vida nocturna (excepto fabric). Así pasaba otra gran jugada de la noche la cual quedo grabada hasta en el nombre de la fiesta.
La ultima anécdota del match, fue algo asqueroso que se vio en el pasillo del parador en el que estabamos, estas eran una cantidad de ratas talle xl que rumbeaban por entre nosotros muy campantes.
Lo último que quedaría por recordar fue la larga caminata de vuelta ya que la pachorra de Brunol y el Amorío de MW y MMCA la hicieron dificultosa.
Así paso esta loca noche que se podría clasificar con un maravilloso 10 (o 8 de Lafausi), inolvidable por los presentes y envidiada por los ausentes.

PD: nunca había meado tanto en mi vida